Y como Jesús tomó el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, dió el espíritu.
João 19:30
De acuerdo con
la Enciclopedia Católica, el Purgatorio es “un lugar o condición temporal de
castigo para aquellos que, dejando esta vida en la gracia de Dios, no se
encuentran enteramente libres de pecados veniales, o no han pagado totalmente a
satisfacción sus transgresiones.” Para resumir, en la teología Católica, el
Purgatorio es un lugar donde va el alma cristiana después de la muerte para
purificarse de pecados que no han sido totalmente pagados durante la vida.
¿Está esta doctrina del Purgatorio de acuerdo con la Biblia? ¡Absolutamente no!
Jesús murió para pagar la pena por todos nuestros pecados (Romanos 5:8). Isaías
53:5 declara, “Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por Su llaga fuimos nosotros
curados.” Jesús sufrió por nuestros pecados para que pudiéramos ser librados
del sufrimiento. El decir que debemos de sufrir la paga por nuestros pecados,
es decir que el sufrimiento de Jesús fue insuficiente. El decir que debemos
expiar nuestros pecados mediante la purificación en el Purgatorio, es negar la
suficiencia del sacrificio expiatorio de Jesús. (1 Juan 2:2)Tanto que el mismo Señor exclamó: “Consumado es” (Jn 19:30). La idea de que
debemos sufrir por nuestros pecados después de la muerte, es contraria a todo
lo que la Biblia dice acerca de la salvación.
El primer pasaje de la Escritura que señalan los católicos como evidencia del
Purgatorio es 1 Corintios 3:15, el cual dice, “Si la obra de alguno se quemare,
él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.” El
pasaje (1 Corintios 3:12-15) es usado como una ilustración de cosas pasadas a
través del fuego, como una descripción del juicio de las obras de los
creyentes. Si nuestras obras son de buena calidad “oro, plata, piedras
preciosas,” ellas pasarán a través del fuego sin sufrir daño, y nosotros
obtendremos la recompensa por ellas. Si nuestras obras son de baja calidad
“madera, heno y hojarasca”, ellas serán consumidas por el fuego y no habrá
recompensa. Este pasaje no dice que los creyentes pasarán a través del fuego,
sino más bien que las obras de los creyentes serán pasadas por fuego. 1
Corintios 3:15 se refiere al creyente “escapando a través de las llamas”, no
“siendo purificado por las llamas.”
El Purgatorio, como muchos otros dogmas católicos, está basado en un malentendido
de la naturaleza del sacrificio de Cristo. Los católicos ven la Misa /
Eucaristía como un repetición del sacrificio de Cristo, porque no han podido
comprender que el sacrificio de Jesucristo, hecho una sola vez y para siempre,
fue absoluto y perfectamente suficiente (Hebreos 7:27). Los católicos ven las
obras meritorias como una contribución a la salvación, debido a que se
equivocan al no reconocer que el pago del sacrificio de Cristo, no tiene
necesidad de “contribuciones” adicionales (Efesios 2:8-9). De igual manera, el
Purgatorio es entendido por los católicos, como el lugar de purificación en
preparación para el Cielo, porque ellos no reconocen que, por el sacrificio de
Jesucristo, ya fuimos limpiados, declarados justos, perdonados, redimidos,
reconciliados y santificados.
La idea misma del Purgatorio, y de las doctrina que con frecuencia se vinculan
a él (rezar por los muertos, las indulgencia, las obras meritorias a favor de
los muertos, etc.) todas fallan en reconocer que la muerte de Jesús fue suficiente
para pagar la pena por TODOS nuestros pecados. Jesús, quien era Dios encarnado
(Juan 1:1,14), pagó un precio infinito por nuestros pecados. Jesús murió por
nuestros pecados (1 Corintios 15:3). Jesús es el sacrificio expiatorio por
nuestros pecados (1 Juan 2:2). El limitar el sacrificio de Jesús a la expiación
del pecado original, o los pecados cometidos antes de la salvación, es un
ataque a la Persona y la Obra de Jesucristo. Si debemos en algún sentido pagar
por ello, expiar por ello, o sufrir por nuestros pecados – eso indica que la
muerte de Jesús no fue un sacrificio perfecto, completo y suficiente.
Para los creyentes, después de la muerte significa estar “ausentes del cuerpo y
presentes al Señor” (2 Corintios 5:6-8; Filipenses 1:23) Nótese que esto no
dice “ausente del cuerpo, en el Purgatorio con el fuego purificador.” No, por
el sacrificio perfecto, completo y suficiente de Jesús, después de la muerte,
estaremos inmediatamente en la presencia del Señor, totalmente purificados,
libres de pecado, glorificados, perfeccionados y finalmente santificados.
http://www.gotquestions.org/espanol/purgatorio.html